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| Esc.Nacional Nº 30-Epuyén- |
El jueves 1º de septiembre Epuyén festeja su cumpleaños Nº 103, junto al aniversario de la escuela Nº 89, ex 30, ícono histórico, cultural, educativo y social, ideado y construido con esfuerzo propio por los primeros pobladores del valle, allá por 1908.
Epuyén en estos 103 años convive en una comunidad integrada por un crisol de nacionalidades, costumbres y culturas , que con el correr de los años se han ido adaptando a las raíces ancestrales de sus primeros pobladores que han dejado marcada y puesto su sello de impronta a través de su mística y leyenda de un pueblo con arraigo Arauco-Mapuche.
Un rincón casi sagrado, que habla en silencio del paso del tiempo y resguarda hecho polvo y tierra, misterios y vivencias de las pasadas generaciones, es el paraje o circuito la Rinconada, en donde aún viven descendientes de pioneros guardianes de la tierra elegida allá por 1900 para forjar una vida en familia en este valle de tierra fértil . Testigos vivientes son los hijos del lugar las familias: Ñancucheo, Melipil, Carinao, Millañanco, LLanquetruz, Cañupi, Huaiquil, Yutusyan Cheuquepal, entre otros.
Escuela Nº 89, ex 30 “Ícono histórico, cultural y social “
La construcción de la historia institucional de Epuyén, llegó con el trabajo mancomunado de vecinos que entendieron y sintieron que la educación era la base fundamental para el crecimiento de una sociedad. Las manos que construyeron en la zona de Río Minas, solidariamente las paredes de la primera escuela de Epuyén Nacional Nº 30, hoy 89, inaugurada el 1º de septiembre de 1908, fueron las de un nutrido y entusiasta grupo de vecinos entre ellos Juan Bonancea , Cariaco Azócar, Matilde Santillán, Eduardo González, Eduardo Lobos, Troncoso, Abraham, Aniano Fuentes , Pablo Marilaf,Juan Picún, Juan Melipil y Juan Llanquinao entre otros.
Estos pobladores, con esfuerzo y recursos propios, levantaron la primera escuela, con materiales de la zona, sus paredes eran de postes de ciprés entrelazados con el barro, sus pisos de madera y techo de paja.
La obra fue solventada totalmente por los vecinos quienes donaron el edificio al Consejo Nacional de Educación.
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