lunes, 30 de enero de 2012

Puerto Patriada. Carta abierta a la comunidad de El Hoyo

Somos Alberto Oscar Rodríguez y Claudia Elisabet Sastre, un matrimonio que por decisión de vida hemos decidido trabajar voluntariamente con la Comunidad Mapuche Francisco Monsalve Quiñe Folil de Puerto Patriada; como muchas personas lo hacen y lo harán en muchas comunidades mapuches y aborígenes del país para ayudarlos en su tarea de reivindicar su territorio ancestral y recuperar su forma de vida tradicional de acuerdo a su cosmovisión, tal y como lo garantiza la Constitución Nacional y la Ley. 

Hace ya unos meses que venimos reuniéndonos con la Comunidad para encontrar con ellos un modo de vida  digno, autosuficiente y respetuoso de los principios vitales de la Mapu; elaborando en conjunto una serie de proyectos productivos que íbamos a poner en marcha, con el pleno consentimiento de la Comunidad, expresado por las autoridades ancestrales.

No nos anima el interés por la posesión de la tierra, porque somos conocedores del derecho que indica que la tierra comunitaria no es enajenable de ningún modo, tal como indica el Artículo 75 de la Constitución Nacional, el mismo artículo que le reconoce a la Comunidad Francisco Monsalve el derecho ancestral sobre su tierra.

Como ciudadanos de pleno derecho somos libres de transitar por cualquier lugar, y de establecer nuestro hogar en cualquier sitio, permitido por la ley, como lo era donde estábamos instalados, y el mismo Estado, Nacional, Provincial y Municipal, debería asegurarnos el pleno ejercicio de estos derechos.

El grupo de personas que irrumpió en el Trawn que se celebraba en la Comunidad, suponemos que mal informados, engañados por la idea de que éramos “intrusos” o “usurpadores”, cómo nos llamó un funcionario provincial, deberían saber que fueron ellos y no nosotros los que cometieron un delito grave. Nos hemos sentidos agraviados por una extensa red de comentarios hacia nosotros, comentarios mendaces, que no tienen sustento con la realidad de los hechos, que además, ponen en peligro nuestra integridad física y moral, y vulneran los más básicos Derechos Humanos.

Una de los comentarios erróneos con que nos increpaban era el de haber “comprado” esa tierra, cosa que nunca quisimos hacer, y que además sabemos que no podemos hacer aunque quisiéramos, porque la Constitución Nacional así lo indica.

Consideramos que, habiendo efectuado los trámites pertinentes ante la justicia, debíamos informar a la población de cuál era y es nuestra situación, para no fomentar la confusión, parar la usina de rumores que se ha echado a rodar, y ponernos a disposición de la Justicia para  comprobar la veracidad de nuestros dichos.

 Claudia Elisabet Sastre. 17.955.877
Alberto Oscar Rodriguez.  10.833.323

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