Finalmente, anoche fueron rescatados los mineros que permanecieron durante 69 días a 700 metros de profundidad. El primero en salir, en la madrugada de ayer, fue Florencio Avalos. Casi veinticuatro horas después, Luis Urzúa, el jefe de turno, fue el último en abandonar la mina. El ministro de Salud chileno, Jaime Mañalich, aseguró que la salud de los mineros es “bastante buena”.
Copiapó (Télam)
Los recién rescatados agradecían a los rescatistas el hecho de haberlos traído virtualmente de nuevo a la vida mediante esfuerzos, que elevaron al orgullo nacional chileno a un nuevo techo.
La épica minera llegó a su fin en los primeros minutos de ayer, cuando el primer hombre, Florencio Avalos, de 31 años, salió de una jaula de acero izada por un cable a lo largo de un extenso túnel y con 70 centímetros de diámetro, en un ducto que demoró más de un mes en construirse.
La épica minera llegó a su fin en los primeros minutos de ayer, cuando el primer hombre, Florencio Avalos, de 31 años, salió de una jaula de acero izada por un cable a lo largo de un extenso túnel y con 70 centímetros de diámetro, en un ducto que demoró más de un mes en construirse.
Detrás de Avalos, siguió Mario Sepúlveda, de 40 años, y quien tras ser izado del yacimiento y relatar algunas de las vivencias a 700 metros de profundidad, desempolvó una bolsa amarilla y sacó de ella pequeños pedazos de piedras que regaló a los jefes del rescate.
La operación de rescate a bordo de la cápsula Fénix II, especialmente construida para este salvamento, comenzó cuando emergió a la superficie Florencio Avalos a las 00:10, momento en que se preveía que cada rescate duraría más de una hora, en tanto lograron reducir los tiempos a 30 minutos.
El ministro de Salud, Juan Mañalich, aseguró ayer que el estado de salud de los mineros rescatados “es en general satisfactorio” aunque precisó que uno de ellos presenta un cuadro de neumonía aguda y que todos ellos tienen lesiones dentales.
También fue atendido con especial énfasis el minero Mario Gómez, de 63 años, el de más edad del grupo, porque padece silicosis “aunque esta enfermedad se puede tratar con antibióticos”.
El titular de la cartera de salud precisó también que “resultó de vital importancia la tarea que efectuó el minero Johnny Barrios, quien hacía de enfermero y nos suministraba el estado de salud de sus compañeros antes de iniciarse el proceso de rescate”
El ministro de Minería de Chile, Laurence Golborne, destacó ayer que durante el rescate no se registró ningún accidente.
El último en salir fue Luis Urzúa, el jefe de turno de los mineros, al momento de quedar atrapados el 5 de agosto.
Los hombres rescatados fueron recibidos por familiares, en sendos encuentros muy emotivos y de interminables abrazos, por el presidente de Chile, Sebastián Piñera, y el equipo de técnicos y rescatistas que permanecía en la superficie.
A partir del décimo hombre rescatado estuvo presente el presidente de Bolivia, Evo Morales, quien llegó al lugar a media mañana de ayer.
Tras la llegada del presidente boliviano, se reunieron Piñera y Morales en el hospital de campaña con el minero de nacionalidad boliviana Carlos Mamani, el cuarto rescatado en la madrugada.
La gran epopeya llegó a su fin y de la mejor manera, por lo que aquí solo hay alegría, risas y música.
Lágrimas de felicidad se mezclan ente bocinazos, cornetas y bombos, mientras fiestas familiares ya se programan para dentro de unos días en cada uno de los barrios y ciudades originarias de cada uno de los 33 hombres.
El gobierno ya prepara una gran celebración que incluirá a “Los 33”, de los que ya se está preparando una película y por lo se desató una lucha por el registro de la marca para sitios web y productos.
“Esto es más que una historia, es un evento de la comunidad global”, dijo la profesora de periodismo de la Universidad de Hong Kong, Yuen Ying Chan, a la cadena CNN.
“La gente está fascinada porque no es sólo una historia con gran interés humano, sino que involucra a un gran número de personas, tiene mucho suspenso, trata de la vida y de la muerte”, explicó.
Los mineros quedaron sepultados en la mina el 5 de agosto y hasta el 23 de ese mes no se supo nada de ellos, cuando José Ojeda, de 45 años, viudo y sin hijos, envió a la superficie el mensaje del milagro: “Estamos bien en el refugio los 33”. Fue el séptimo trabajador rescatado.
La mina de oro y cobre San José está ubicada a 45 kilómetros de Copiapó y a 800 kilómetros al norte de Santiago de Chile.
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